
A tan solo unas horas del Domingo de Ramos donde vamos a vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, el Señor Presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Don Juan José Correa Santos se ha dirigido al mundo cofrade de nuestra ciudad.
PRESIDENTE CONSEJO LOCAL DE HERMANDADES Y COFRADÍAS, LA LÍNEA DE LA CONCEPCIÓN
“Hecho Obediente hasta la muerte”. La lectura de la Pasión no deja de conmovernos. Nos llama siempre la atención el silencio de Jesús, son los otros los que dicen y hacen….Jesús calla.” (Domingo de Ramos)

“Mirad a mi siervo, a quien sostengo”. Se nos invita a mirar a este Siervo para promover e implantar el derecho en la tierra, abrir los ojos a los ciegos, sacar de la cárcel a los que viven en tinieblas. (Lunes Santo)
“Detrás del pan, entró en El Satanás”. Para ser fuertes en la fidelidad es necesario asumir nuestra debilidad. (Martes Santo)
“¿Soy yo acaso, maestro?”. Cuantas veces traicionamos a Dios y a las personas que amamos por miedo. La traición es lo más fácil, vendemos a los demás, los guiamos por lo difícil y los abandonamos a su suerte. (Miércoles Santo).
“Lo amó hasta el extremo”. El Jueves Santo nos trae muchos detalles y elementos para mirar nuestras vidas como creyente. Nos atrevemos a resumirlas con un mandato que pongo en los labios de Jesús: ¡Sed hermanos, Sed Eucaristía! (Jueves Santo)
“Inclinando la cabeza, entregó el espíritu”. Cargar con la Cruz es un requisito como discípulo para avanzar por la senda de Cristo hacia la vida. (Viernes Santo).
“No está aquí: ha resucitado!”. El, nuestro pasado nuestro presente y nuestro futuro. Que toda lágrima sirva para regar la resurrección y vida, amor eterno junto a quienes hemos amado en la tierra. (Vigilia Pascual).
He querido enumerar algunas reflexiones que nos introducen en las celebraciones de los distintos días de la Semana Santa.

Queridos Hermanos:
Es todo tan distinto, es todo tan atípico, que raro se nos va a hacer todo. Qué raro llegar a casa y no tener esas prisas por llegar a tiempo a tal acto o a cual traslado. Qué raro no sentarme en un banco de Santiago para ser partícipe de un retranqueo lleno de Estrellas.
Qué raro no salir corriendo desde San José, tras haber dejado al Señor en el Huerto y a su Bendita Madre en sus pasos, hasta San Bernardo para acompañar a Nuestra Madre de la Esperanza en el dolor por su Hijo. Si a la Esperanza, nuestra Esperanza, a esa Esperanza que es lo último que debemos perder, porque Ella nunca nos pierde a nosotros.
Qué raro no ser uno de los que en la noche del Sábado de Pasión mira embelesado a esos ojos verdes buscando un rayo de Alegría para pedirle fuerza por todo lo que nos queda por vivir.
Qué raro no haber elegido esa camisa que estrenaré el Domingo de Ramos, que raro no echarme a la calle y compartir ese abrazo “sentío” con todos los que quiero, con todos mis hermanos, con todos los “capillitas”, con vosotros ……mi gente cofrade.
Qué raro se me va a hacer abrir las puertas de mi corazón el domingo en vez de abrir las puertas de la Capilla de María Auxiliadora. Porque es lo que debemos hacer en estos momentos tan difíciles por los que estamos atravesando. Abrir el corazón, abrirlo con Fe, abrirlo de par en par, abrirlo al Padre , encomendarnos a Él, abrirlo por y para los demás, abrirlo a Nuestra Madre para pedirle su amparo.
Porque os puedo asegurar que abrir el corazón con Fe nos hará pasar de un estado de rareza a un estado pleno de sentimientos. No debemos caer en lo material solamente, desde estas palabras os invito y os animo a abrir vuestros corazones llenos de Fe, Amor y Sacrificio y a vivir plenamente como cristianos la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y a consolar a su Bendita Madre , María por el dolor sufrido.
Abramos nuestro corazón la mañana del Domingo, mañana radiante, mañana , como nosotros decimos , de Domingo de Ramos, cojamos nuestras Palmas y Olivos de nuestro día a día ,cerremos los ojos y acompañemos a Jesús Triunfante por todos los rincones de nuestras vidas. Cerremos los ojos y llenos de Alegría recemos un “Padre Nuestro que estas…Flagelado”, pidiendo por todos los que están pasándolo mal y buscan esa Estrella que les guie en sus dificultades.
Abramos nuestro corazón para “gritar” Silencio, un silencio reconfortador que llene de Esperanza esa Concepción de Dolor que inunda el peso de nuestra Cruz. Cerremos los ojos, reflexionemos y pidamos al Padre por los Dolores de la humanidad, dolores que desembocan en Penas, penas en sufrimiento y sufrimiento en obstáculos para nuestra Fe. Pero en definitiva Dolores que deben servirnos para hacernos más fuertes, para ser más conscientes y afianzar más aún nuestra Fe, esa Fe que en momentos de debilidad parece desestabilizarse, pero que debe hacernos ser más cristianos día a día.
Hagamos Cautivos a los que nos rodean, a los que pasan horas y horas tras una puerta con nosotros, a los que no las pasan con nosotros, pero sabemos que están ahí y a los que solos pasan sus horas más difíciles detrás de la puerta de un hospital. Animémosles a Orar en el Huerto de Nuestros hogares, a que nos acerquemos juntos al Padre para no Abandonarlo jamás, porque os puedo asegurar que El jamás no ha abandonado, nos abandona y nos abandonará.
Y que a través de su Madre le pidamos que nos de Amor, nos alivie de nuestro Mayor Dolor, comparta nuestras Angustias, que haga que llevemos mejor nuestra Amargura y más amena la Soledad de los que nos sentimos solos. Que a través de su Misericordia nos de Salud para todos, en especial para los enfermos, le pedimos que no nos falte la Esperanza de que pronto pase todo y veamos ese rayo de Luz al final de estos difíciles momentos, porque Tu Madre eres Reina del Cielo, Reina de los Ángeles, Trinitaria de nuestros corazones, Señora del Monte Carmelo, eres Rocío de nuestros amaneceres y Patrona de nuestras raíces.
Padre ayúdanos a prepararnos para verte yacente después de tu sufrimiento, inunda nuestras Almas de tu Amor y en el Mar de nuestros sentimientos derrama tu Gran Poder para recibir el Perdón, Tu perdón por ser pecadores y ayúdanos a preparar y a celebrar Tu RESURRECCIÓN, sentido de nuestra vida cristiana, para tenerte el resto nuestras vidas presente en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
Hermanos cerremos los ojos, abramos nuestros corazones tendamos la mano al Padre y digamos todos juntos….
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN EL CIELO……………………
Juan Correa

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