La Linea Cofrade

Descripción del cartel: La ermita, con su concha peregrina y su espadaña, su altar y su camarín, tiene la altura de un monte santo. Se alza erguida, triangular, forma perfecta, presencia de Dios. Y en la cima florece la zarza siempre ardiente de la fe, que no se consume sino que se multiplica. La Virgen del Rocío es, en su inmortal estampa triangular, el signo eterno de un Dios que mira a su pueblo por los ojos de María Santísima del Rocío. El cartel retrata y refuerza esa definición iconográfica de la imagen que se impulsa a raíz de su Coronación Canónica en 1919.
A partir de aquí, la imaginación del artista se fija en que todo el que entra en la Ermita siente que la Virgen del Rocío le está mirando, que sigue sus pasos, que le acompaña y atiende. Pero cada uno la mira de una forma diferente, y encuentra en ella una imagen única, que ve con sus ojos y otros no pueden ver. La mira desde un encuadre distinto, se recrea en su perfil o la busca de frente, desde más lejos o desde la inmediata proximidad de la reja. Una experiencia que se ha multiplicado con ocasión de la reciente restauración de la Imagen. Así, el cartel de este año, refleja siete miradas de la Virgen. Siete, como las siete semanas de Pascua que conducen a Pentecostés, en las que el pueblo de Almonte, con su Hermandad Matriz y todas las hermandades rocieras van preparando el camino que les conduce a la Virgen. Siete sí, porque los almonteños cuentan su vida por Venidas de su Madre al pueblo de Almonte. Un número que simboliza el equilibrio y la perfección y que se repite en el Viejo y en el Nuevo Testamento. Y son esas diversas miradas con las que vemos en nuestra imaginación a la Virgen cuando ya no estamos con Ella en su Santuario, que han quedado integradas en los semicírculos de sus ráfagas de punta de martillo, que también están formadas por siete, cada una.

Fuente: web Hermandad Matriz del Rocío.