MAYO, MES DE MARÍA
Mayo… el mes de María…en este mes que nos sirve como nexo de unión entre la primavera más precoz y temprana y verano. Este es el mes que aporta luz sobre nuestras almas que caminan vacilantes en el sombrío túnel de la memoria, tambaleándose de lado a lado, de recuerdo en recuerdo, de chicota en chicota, de levantá en levantá… Este es el mes que sirve, cual oasis en medio del desierto, como agua purificadora para el sediento cofrade cuya ansia de ver al Señor y a su bendita madre había quedado insatisfecho, inacabado por las irregularidades climatológicas sucedidas la Semana de Dios pasada.
Mayo será el mapa que nos irá guiando por la senda de las glorias de María, desgranando uno a uno el significado de cada una de ellas, describiendo a la mujer que se escondía tras el hombre, aquella que tuvo que soportar una de las empatías más dolorosas. Sin embargo, en este caminar por el mes dela Virgennos descubriremos a una mujer afligida por el dolor sino a una mujer con una alegría desbordante por sus cuatros costados al saber que su hijo, ha resucitado. No volveremos a ver esas mejillas enrojecidas, abrasadas por las lágrimas de congoja y sollozo, sino que la veremos con un semblante resplandeciente e inmaculado rematado con la dulzura de una sonrisa que sirve como recordatorio de esa buena noticia.
Día a día vamos deshojando la margarita del mes de mayo, hasta que llegamos a una fecha en la que obligatoriamente tengo que hacer un alto en el camino por lo que representa para mi y tantos jóvenes y no tan jóvenes que llevan impresa la marca salesiana en el corazón.
Esa, será la mañana en la que los versos de admiración desmesurada que emanan de voces angelicales floten por el ambiente llenando y rejuveneciendo nuestros oídos a veces tan desgastados por el mundanal ruido, será la mañana de ofrenda floral bajo el tapete celestial, el momento en el que muchos haremos un hueco en nuestra monotonía para rememorar esos tiempos en los que vestidos de uniformes recorríamos los entresijos de la casa Salesiana , toda esta estampa encuadrada bajo el marco de la risa de los niños como resultado final de la vitalidad inherente a un estilo de vida.
Esa, será la tarde en la que el cielo ardiente de la atardecida, allí donde el celeste se torna rosa y el sol deja paso a la noche azabache, descienda para ceñirse al talle de aquella que sobre sus brazos acuna a la promesa del mundo. Será la tarde de las interminables filas de blanca seda y azul almirante, de aquellos que estrenaran la ropa de costalero que su padre antaño usara y descubrirán, por primera vez, el porqué de la magia que esconden esos faldones.
En esta tarde toda la familia salesiana del ayer y del hoy salen a las calles para acompañarte en tu caminar hacia el Santuario de la Patrona, con una única petición, aquella que llevas por nombre, el auxilio de todos esos males que dejan un paisaje desolador en nuestras vidas, porque el próximo 24 de Mayo desde la Av. Menéndez Pelayo se oirá una oración redentora y en la calle estará María Auxiliadora.
Jesús Luque Caparros