AÑO DE LA MISERICORDIA
AÑO DE LA MISERICORDIA
Cuando leí que este año la Iglesia Católica lo dedica a la misericordia, enseguida la Bendita Imagen de mi Señor del Amor se me hizo presente.
No hay Amor sin Misericordia ni Misericordia sin Amor, y nunca una Imagen Sagrada pudo tener una advocación tan acorde con lo que representa su talla.
Stmo. Cristo del Amor
Mucho se ha hablado de la calidad artística por parte de tanto “entendido” en la materia. Pero lo que sí está claro, es cómo D. Manuel supo en todo momento inmortalizar con su gubia lo que la Hermandad deseaba que transmitiera nuestro Señor.
Es verdad que a veces, e inconscientemente, relegamos Su protagonismo a un segundo plano, y no es extrañar, teniendo a su lado a la Madre que, como una nube de Esperanza, lo inunda todo. Pero en los momentos difíciles, en esos momentos en que nuestra fe se tambalea, que nuestro mundo se derrumba, a quien buscamos es a Él.
¿Cómo puede ser que después de 2000 años clavado en el madero de nuestras culpas y pecados aún nos siga mirando con ojos de Amor y Misericordia?
Infinidad de veces las que, en la soledad de las cuatros paredes de nuestro Templo, me he postrado ante sus plantas y mirando a Su rostro, y sin mediar palabra alguna, he sentido que me hablaba y me reconfortaba. Él reconfortándome a mí cuando debería ser yo quien intentara aliviar ese inmenso dolor por el martirio sufrido. Yo que en vez de acercar la esponja para calmar su sed, la retiro y miro para otro lado.
Y sin embargo sigue perdonándome cada día de mi vida sin reproche alguno. ¡Cuánto nos queda por aprender! ¡Cuánta Misericordia hace falta entre nosotros los cofrades!
Eduardo J. González Gómez de la Mata
