La Linea Cofrade

La Línea Cofrade, tiene el honor de mostrarles como comienzo al Sábado de Pasión, la presentación del nuevo trabajo realizado por nuestro colaborador habitual en lo que a fotografía se refiere de Jesús Asencio Pérez y que lleva como titulo MADRE DE DIOS.

Un exhaustivo trabajo, que nos muestra a todas y cada una de nuestras Dolorosas linenses de una forma diferente, y que tiene como objetivo principal el enseñarnos la sencillez de María, vestidas todas ellas de Hebreas como manda la tradición en este tiempo cuaresmal, anterior a nuestra Semana de Pasión.

Para ello nuestro colaborador, ha precisado un largo y costoso mes de trabajo que le ha llevado a recorrer los templos, parroquias y capillas de nuestra ciudad, con el fin de captar esos rasgos de sufrimiento por los que pasara la madre de nuestro redentor.

La música que acompaña a este fotomontaje lleva como titulo “Mary goes to Jesús”, que entra en perfecta coordinación y armonía con cada una de las imágenes que en el se exhiben, y hacen darle aun mas intensidad, siendo esta el propósito del autor.

Desde La Línea Cofrade, agradecer a todos aquellos vestidores/as que hacen posible ver a nuestra Madre de una forma diferente, de los cuales con su desinteresada labor, no hubiese sido posible la realización de este trabajo, a todos ellos muchas gracias.

Para terminar nos explica el autor, que ha querido mostrar en forma de HOMENAJE la presentación de este trabajo, con un mensaje que en especial va dedicado a la persona la cual ya no se encuentra entre nosotros, que no es otra que la figura de nuestro querido y buen “amigo cofrade” de D. Salvador Manuel Pro Becerra, donde a la finalización del mismo se guarda un eterno minuto de silencio en su memoria, llevando como estandarte su TRINIDAD de toda su vida, donde su hermandad del cautivo ha querido reservar de momento el tocado intacto que dejara “Salvi” por ultima vez.

Edición y Montaje: Abel Ruiz Guzmán/Jesús Asencio Perez.

Fotografías: Jesús Asencio Perez.

Texto: Boletín Cuaresma Amor y Oración, Jacinto Villanueva Martín.

TRINIDAD YA NUNCA TE VESTIRÁN IGUAL

-IN MEMORIAM –

Salvador Pró Becerra

Con mi respeto, con mi suplica de perdón, a ti que seguro que estás poniendo todo tu sentimiento y buen hacer para que tu Virgen Santísima de la Trinidad siga estando perfectamente vestida como ella se merece, y no me cabe la menor duda de que lo estás consiguiendo, con mi reconocimiento y felicitación, pero hoy quiero que me permitas este pequeño homenaje a un hermano, a un amigo, que un día muy triste y amargo para todos los que le queríamos, se nos fue al reino de los cielos SALVADOR PRÓ BECERRA, su vestidor de siempre, así como a su venerada Imagen del Señor de Medinaceli.

El que con un lujo, arte y categoría impresionante, con el señorío de sus prodigiosas manos, colocaba delicadas blondas de encajes preciosos con alfileres  repujados en la orfebrería del sentimiento a su Virgen Santísima de la Trinidad. Y lo  hacia con una perfección digna de elogios, con una muy estudiada  distribución y con un acabado exquisito, rematando su obra con esa flor tan característica suya, con el toque, con el sello indeleble de su amor más profundo a la que tanto quería. Sus hermosos rostrillos, la colocación de la saya, ceñidor y manto eran sencillamente geniales, porque eran característicamente suyos, definían su extraordinario arte, pero siempre dentro de su línea, de su estilo inconfundible.

Pero Madre mía de la Trinidad, un día del que no queremos acordarnos, porque dejó en el corazón de los que le queríamos, un dolor muy grande, tu quisiste junto al Bendito Señor Cautivo y Rescatado, su amado Cristo de Medinaceli llevártelo, tal vez demasiado pronto, a ese lugar donde sólo irán las buenas y extraordinarias personas como él. Que difícil Señor nos cuesta muchas veces aceptar tus designios, porque por mucho que tengamos esa bendita fe en ti y en tu Santísima Madre, admitiendo que no somos nadie para ni siquiera atrevernos a juzgar lo que tu has querido, permítenos con el debido respeto y la mayor devoción, que a veces desgraciadamente  nos hagamos profundas preguntas, la mayoría sin respuestas, pero ante eso, poco o nada podemos hacer, solamente seguir con la resignación que nos da nuestra fe, adelante hasta que tu quieras. Que difícil  nos cuesta asimilar  Señor, como ese hombre bueno, buen padre que quería con locura a su hijo y a su muy amada esposa, trabajador infatigable, amable, sencillo y cariñoso, se nos fue para nunca más volver.

Una frase salía ese triste día de mi garganta, tal vez fruto de ese dolor enorme que me amargaba, aturdido, sin querer creerme lo que ya era una penosa realidad “no había derecho que la vida le jugara esa mala pasada a mi buen amigo Salvi”, la vida  bruscamente le privaba del más elemental de los derechos, el poder vivir, pero  por encima de todo existe un juez único, el mismo que nos da la vida, que quiso que ese día de verano acabara su corto peregrinar por este mundo, alguien al que tanto  queríamos, y sus decisiones por mucho que nos duela, por mucho que nos cueste aceptarlas, son inapelables.

Cuando cada Miércoles  Santo contemple al Señor de Medinaceli y su Madre Santísima de la Trinidad, me acordaré con lágrimas de emoción de ti Salvi, tu seguro que estarás contemplando orgulloso el hermoso discurrir de tu Hermandad desde el Balcón del Cielo, quiero que sepas que aquí te seguimos queriendo y recordando, seguro que en ese jardín  bellísimo donde habita la Madre Inmaculada de Dios, tu cuidaras cada día con esmero y con maestría, las rosas más hermosas para la más hermosa y delicada de las flores, tu Virgen Santísima de la Trinidad.

Hasta siempre Salvador, recibe con mi cariño, mi beso emocionado.

Jacinto Villanueva Martín