María Luisa Gómez Almansa consigue emocionar de nuevo con su pregón
La XXXIII edición del Pregón Rociero de la Hermandad de La Línea emocionó a los presentes en la parroquia de la Inamculada.
La pregonera exaltó el camino como “una manifestación de fe y esperanza”
Hoy domingo 15 de mayo a las 13.30 horas ha tenido lugar en la Parroquia de la Inmaculada, del “XXXIII Pregón Rociero de la Hermandad del Rocío”, que ha estado a cargo de Mª Luisa Gómez Almansa.El encargado de presentar a la pregonera ha sido Francisco Javier Buxo, que ha destacado tanto momentos de su vida privada como la experiencia de Luli como pregonera, donde ya se hizo cargo del “Primer Pregón del Camino” narrando la experiencia del camino, y haciendo especial hincapié al reciente “Pregón del Costalero” del mes pasado, dónde fue la primera mujer en acometerlo.
De Luli, destacó ser una mujer de ideas claras, dialogante, valiente, desinteresada, y con un fuerte sentido del valor de la amistad.
Por su parte la pregonera, exaltó a María exclamando que le pide “de corazón por todos los rocieros, gracias te doy por limpiar mi corazón, gracias por haber sembrado semillas de amor”.
De igual manera, Mª Luisa Gómez, explicó que los rocieros tienen todos los años la incertidumbre sobre cómo será la mirada de Rocío, al pasarse un año con la necesidad de ver “tus ojos, tu belleza, bondad, ternura, caridad, comprensión, pureza e inocencia… tus ojos tienen a Dios”.
En su pregón, Luli exaltó el camino, y a la gente rociera, afirmando que “La Línea reza en Doñana”, con un magistral sentido del ritmo, y una cadencia de voz adecuada a la narración del momento, Luli, fue describiendo el fruto de muchos años de convivencia rociera.
La pregonera criticó al que sin saber opina del Rocío, alegando que “la Romería del Rocío es una manifestación de fe y esperanza”, insistiendo en que hay que huir del tópico rociero, y animando a que los escépticos experimenten la experiencia antes de caer en la crítica fácil, y sin fundamento.
Luli, destacó el valor “religioso, espiritual y cultural” del camino, donde también se acordó de aquellos compañeros que perdieron a seres queridos, o en aquellos que no pueden asistir por circunstancias de la vida.
Casi al final del pregón, Luli se arrancó a cantar, con un sentimiento profundo, dejando si cabe, la concurrida Iglesia de la Inmaculada en un silencio más expectante, para romper luego en una ovación, una de tantas que se repartieron en su discurso rociero, que con cierto ritmo y alegría anunciaban la primavera, y con ella El Rocío.
fuente: lalineadigital foto: marcos moreno