DOMINGO DE PASIÓN, DÍA DE PREGONES
Cuando las distintas Hermandades de nuestra ciudad concluyeron sus pregones de Cuaresma, en estos meses suspendidos la mayoría por los tiempos que nos están tocando vivir, llega el día grande de nuestro calendario cofrade, el DOMINGO DE PASION.
Y en ese día al que yo espero con ilusión cada ano porque me encanta, lo vivo ,y lo disfruto intensamente , se celebra el PREGON OFICIAL DE NUESTRA SEMANA SANTA.
Es un día donde nos relajamos de esa presión que hemos tenido en las arduas tareas de limpieza de enseres, montaje de las andas procesionales, últimos ensayos, papeletas de sitio, y todo ese trabajo con el que todos disfrutamos en nuestras hermandades para que salga como Dios manda.
Y en ese día Domingo de Pasión, un hombre o una mujer tendrán la inmensa satisfaccion,e1 orgullo, la responsabilidad, de pregonar a los cuatro vientos nuestra Semana Santa.
Y como han sido elegidos para tan gratificante misión en ese día difícil de repetir, tendrán todo el tiempo que necesiten para proclamar como lo consideren necesario todo aquello que meses antes fueron plasmando en folios vacíos ,con su estilo, con su manera de entender como debe ser su pregón, o como consideran debe ser su contenido.
Con todos mis respetos, a la libertad de que cada persona pregone lo que crea conveniente y con el contenido que hayan decidido darle a su pregón porque así lo vive y lo siente.
Partiendo de ese respeto me gustaría expresar cual es el tipo de pregón que a mi me gusta escuchar esa mañana del Domingo de Pasión, y que muchas veces lo hemos disfrutado, como todas las cosas es cuestión de gustos. Un pregón que sea capaz de emocionarme, de explicarme los duros momentos de esa pasión que nos disponemos a vivir, a ilusionarme, de disfrutar con su contenido, de decirme con bellas palabras como es nuestra extraordinaria Semana Santa.
Que me hable de vivencias, de lugares con encantos para hablarle cara a cara a nuestras benditas imágenes, que me hable de ellas, de sus ojos, de su cara ,de sus manos, que me explique el sentimiento del costalero o costalera, de ese trabajo paciente y responsable de los que tocan los martillos con maestría, como llora un nazareno bajo el anonimato de su antifaz, que sea capaz con sus palabras de conseguir que cerrando los ojos veamos en nuestro corazón nuestros Cristos y nuestras Vírgenes por las calles de este bendito pueblo, a los sones de una marcha procesional, que girando la cabeza pueda ver al Señor de los ojos verdes preparado para su Entrada Triunfal en Jerusalén, y a su Madre Santísima de la Alegría, en su coqueto y precioso Paso de Palio.
Eso y muchas cosas mas y con el mismo sentimiento necesito escuchar esa mañana, y le estaré eternamente agradecido a las personas que lo consigan.
Jacinto Villanueva Martin.
Cofrade Oración en el Huerto La Línea de la Concepción